ASEDIO TOPOGRÁFICO. 5 Y 6 DE ENERO

Participantes: Rodro, Jorge

Jorge nos cuenta…

Sábado 5 de Enero de 2019

En torno a las 11:00 nos juntamos en Soncillo. Hoy el TJ está cerrado así que bajamos al hotel donde hacemos un breve almuerzo. El sol sube poco a poco descongelando el gélido páramo. Es hora de partir rumbo al inframundo.

La depresión que marca el valle se encuentra congelada y cubierta de una fina capa de cencellada. La surgencia se encuentra en niveles muy bajos, propios de los estiajes acusados porque lleva un tiempo importante sin llover; y también porque los posibles aportes de agua del exterior (sumideros, charcales, etc…) se encuentren probablemente congelados.

Lo primero que constatamos es que el talud que marca el acceso a la cueva se está viniendo abajo poco a poco. La maraña de raíces impide que colapse de repente pero la tierra poco a poco va cayendo y parece que el tema va a más. El Trifón en este momento parece no soplar. Al contrario, da sensación de una leve aspiración. Es un fenómeno que ya hemos constatado en otras ocasiones con frío intenso e inversión térmica

La incursión en el angosto y húmedo pasillo nos trae una primera sorpresa: una capa de hielo en forma de verglás cubre parcialmente las paredes en la zona más próxima al agua. No son salpicaduras porque el agua está en calma. Lo que ocurre es que el flujo de aire húmedo y relativamente cálido (en torno a 10-11 grados) del interior de la cueva se condensa al contactar con las rocas de las paredes y el aire gélido en la zona de la salida. Cuando las paredes alcanzan temperaturas negativas, la condensación directamente se congela formándose progresivamente una capa de verglás adherida a las paredes que irá creciendo y reduciendo la sección de la entrada conforme pase el tiempo si las temperaturas exteriores siguen manteniéndose bajas. El proceso solo ocurre a lo largo de los primeros metros ya que las bajas temperaturas no son capaces de penetrar mucho por el interior del pasillo.

Esquema del proceso de formación de verglás por condensación en el acceso al pasillo inicial

A partir de esto, la entrada discurre con normalidad ya que hoy vamos bastante ligeros. En aproximadamente una hora llegamos al vivac donde nos ponemos cómodos, devoramos algo de pan con embutido y tras una breve sobremesa, preparamos el material topográfico y todo lo necesario para pasar la tarde.

La misión que nos hemos propuesto este fin de semana es puramente topográfica; concretamente, nuestro primer objetivo es retopografiar un sector importante del nivel superior que nos ha generado algunos problemas de encaje. También queremos reunir los datos necesarios para afrontar topo y dibujo de una de las zonas más complejas de la cueva conocida hasta la fecha: los hundimientos tectónicos que conforman el nivel superior; más concretamente la sala TJ y el paseo del GEN.

Manos a la obra. Nos ponemos en camino en torno a las 4 de la tarde y en unos 20 minutos alcanzamos el piso de arriba. Invertimos un tiempo sustancial en buscar los puntos de enlace y tratar de comprender la poligonal existente pero vemos cosas que no nos encajan y decidimos abordar la sala desde cero por medio de tres poligonales con conexiones intermedias entre sí; una tratando de seguir el eje central de la sala, y otras dos cada una por un extremo; superior e inferior.

Así, poco a poco, arrancamos con la tarea. La primera poligonal nos resulta rápida y sencilla; aprovechando los puntos viejos y descifrando algunos errores importantes. Las dos poligonales posteriores resultan algo más lentas. Por un lado porque hay que hacer nuevos puntos y, por otro, porque la progresión por estas zonas de la sala resulta más lenta y tediosa. Nos llama la atención la presencia de goteos activos en ciertas zonas del techo del nivel ya que en otras ocasiones la zona aparecía bastante seca.

Después de las dos primeras poligonales, una efímera merienda. Alrededor de las 8 afrontamos la tercera que nos lleva en torno a un par de horas. Sin más dilación y plenamente satisfechos con el trabajo realizado, regresamos al vivac que alcanzamos rápidamente.

Meandro inscrito en el techo de la sala TJ

Estamos cansados así que tras una corta sobremesa nos vamos a dormir. No sin antes constatar que llevamos a nuestras espaldas la friolera de 470 m de topografía, lo cual, para dos personas trabajando una sola tarde, está más que bien. Si bien es cierto que se trata de un terreno bastante favorable.

Domingo 6 de Enero de 2019

Amanece en el Trifón en torno a las 9:30  rozando las 10 horas de sueño profundo. Los Reyes Magos han entrado esta noche al Trifón y han dejado sus regalos bajo la gran colada. Los camellos no caben por el pasillo de acceso así que solo han podido traernos un tubo de galletas de chocolate (con un cierto regusto a bote), y polvos para aderezar el agua caliente del desayuno.

Amanece en el campo base

La resaca topográfica de ayer aun nubla nuestras cabezas. Cumplido el grueso de la misión, el planteamiento para el día de hoy pasa por la revisión sistemática y exhaustiva de la poligonal a lo largo de la galería principal. Queremos identificar los puntos significativos y balizarlos correctamente, detectar errores y abrir nuevos frentes de trabajo en el tema topográfico. Según el resultado de esta revisión y el tiempo disponible abordaremos la topografía de algún calcetín que nos permita superar el hito simbólico de los 500 m.

Avanzamos por la galería y nos ponemos manos a la obra. La poligonal principal se encuentra marcada en algunos puntos. Sin embargo, hay que descifrar algunas conexiones. Descubrimos algunos gazapos de gran importancia, marcamos zonas a revisar y repasamos las tiradas dudosas. Por fin, en torno a las 13:30, nos encontramos al inicio de la lateral del Lumi. Decidimos poner fin al trabajo de revisión y topografiamos y dibujamos dos meandros que se encuentran en esta zona – uno estrecho, sinuoso y bajito que tras una serie de revueltas nos deja en una especie de burbuja colmatada de arena; y otro amplio, cómodo y largo que nos transporta hasta el Sifón de las Flores.

Del primero de ellos obtenemos unos 25 m de retorcida poligonal. En el segundo aprovechamos algunos puntos que aún son identificables de una poligonal previa, la cual creemos que no se encuentra bien enganchada. Este segundo meandro, más interesante, nos aporta algo más de 110 m de nueva poligonal.

Topografiando el meandro del sifón

Tras concluirla, emprendemos el camino de vuelta al vivac en torno a las 3 de la tarde. Una breve comida y de nuevo a empaquetar bártulos para abordar el camino de salida. Sobre las 17:00 empezamos a cambiarnos y aproximadamente media hora más tarde arrancamos. Poco antes de las 6 alcanzamos mosquitos y, un cuarto de hora más tarde con las últimas luces de la tarde, asomamos al exterior con una temperatura ligeramente por debajo de 0 grados. En total salimos en unos tres cuartos de hora. Prácticamente la mitad del tiempo previsto. Nos espera una merienda contundente con Tomás en el TJ y el camino de vuelta a casa.

El fin de semana nos ha dejado muy buenas sensaciones: un montón de trabajo de revisión y detección de errores que deja campo abierto a varias misiones topográficas que abordaremos en el futuro. Además, hemos sacado unos 611 m de topografía y algunas singularidades, como poder observar la congelación de las paredes en la zona de la entrada. Está por ver cómo transcurre el invierno puesto que hemos abierto importantes frentes para trabajo en topografía en las próximas entradas que, como siempre, están condicionadas al ineludible factor meteorológico.

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