A CRISPY LE GUSTA EL CUERA.14 Y 15 DE OCTUBRE DE 2017

Participantes:  Cristina Pineda , Carla Gutierrez Y Pablo Ardura García.

Carla nos cuenta:

Todo comienza gracias a la curiosidad de conocer la sierra del Cuera y compartirlo con compañer@s con la misma afición. Con la excusa de hacer una travesía con  Vivac en el Turbina, Crispy escucha mi llamada y se viene desde Burgos con intención de marcar bocas en los alrededores del Turbina.

El plan se cuece junto con  Pablo, un amigo montañero y escalador, amante de los Vivac con buenas vistas.

Junto con nuestras ganas, el gps de Pablo y sin pinturín, comenzamos a subir con unas vistas increíbles desde Arangas al atardecer. Nuestra intención era dormir en la cima, sin embargo decidimos acampar en las brañas cercanas a la cumbre en compañía de las vacas. Al día siguiente subimos temprano al Turbina y tras admirar las vistas y la inmensidad de dolinas que lo rodean, decidimos comenzar a prospectar desde el Turbina hacia el Oeste.

Bajamos con cuidado  y nos adentramos en el lapiaz. Comenzamos a conocer el terreno y a movernos sin perdernos de vista. En cuestión de 3 horas, marcamos con gps  y revisamos: dos cuevas con rampas y destrepes, una ventana en una super dolina. Todo ello sin continuidad.

 

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Crispy, Pablo y Carla en una de las cuevas con rampas y destrepes impenetrables. Fotos de Cristina y Pablo
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Rampas con destrepes impenetrables. Fotos de Carla

Seguimos buscando animad@s y cuando comenzamos a pensar en abandonar encontramos dos torcas, próximas la una de la otra y con mejor acceso que las anteriores. Contentas y satisfechas, decidimos dar por finalizada la prospección, con ganas de volver otro día con equipo de vertical  para bajar las torcas y animar así al resto de los/las socios/as del Niphargus.

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Torcas pendientes de mirar.

A la vuelta bajamos hacia el Este del Turbina siguiendo un track con dirección a la Llosa de Viango y finalizar en la Tornería donde teníamos el coche.

Tras perder altura y llegamos  a un camino intuitivo que cruza un lapiaz lleno de torcas e  intransitable por la dificultad del terreno, las mochilas, la cantidad y el tamaño de las árgumas. Bautizamos esa zona como Mordor y esperamos no volver nunca por allí.

Buscamos un camino alternativo para salir lo más rápidamente de allí y volvimos  por Arangas. Bajamos por la pista con la buena suerte de que Roberto, otro amigo montañero y escalador que no pudo venir en el último momento, nos vino a recoger y nos llevó hasta los coches.

Entusiasmadas  con el Cuera, con muchas ganas de volver pronto con nuestros/as compañeros/as del Niphargus.

Agradecemos a Pablo colaboración, compañía y su gps. También a Roberto por el transporte.

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